No esperes entenderlo...

domingo, 8 de mayo de 2011

Vacío

Qué días más deprimentes esos en los que te levantas esperando ver el sol matutino acompañado de una ligera brisa fresca que te desperece y lo único que encuentras al subir la persiana es un día nublado.
Días nublados: no sé con certeza si me gustan o me disgustan. Lo que tengo claro es que si no pones un poco de tu parte para retirar las nubes, tu cielo seguirá encapotado y tu día no hará más que empeorar (eructando vacío). Así que ponte de pie y, aunque no encuentres un rumbo o un destino, ponte en marcha: puede que en tu andar encuentres lo que buscas. Aunque un sucedáneo de ser humano te moleste para enseñarte a sumar.