No esperes entenderlo...

lunes, 18 de marzo de 2013

En tu red

Déjame libre. Te pido que me desates ya. Hubo un tiempo en que lo creí pero ahora ya no. Existe vida más allá, déjame descubrirla. Si no la hay, dame también mi oportunidad de acabar con ella si ese es mi deseo. Arregla de alguna forma la situación que has creado porque cuando te veo flaqueo y entonces no pienso y entonces no sé.
Puedo tener bien argumentada mi huida de ti, perfectamente planeada, pero siempre acabas revocándola con tus ojos, con tu sonrisa, con tu arsenal femenino. Vuelves mis armas contra mí y acabo a tus pies, como siempre, sometido. Y luego me dices que no, que no quieres hacerme daño, que (introduzca palabras aquí). Y yo trago o pico y entonces no sé. Me siento tan traicionado como Pinocchio cuando, consciente de su libertad por primera vez, se encuentra, desdichado de él, con malas compañías y acaba en la más absoluta miseria. Para mí no existe ningún Gepetto que pueda rescatarme o insecto con frac que me hable al oído (aceptaría arañas, porque sé que te asustan). Realmente no sé si existe o si los ignoro, porque una parte de mí me grita: "Aléjate, huye"; y yo acabo evitando esos comentarios.
Una vez más, un nuevo día, volveré a intentar no caer en tus redes y yo, únicamente, no pido más que te alejes de mí y que me olvides. O eso creo, no sé.

1 comentario:

  1. No sé si seguirás pasándote, pero bueno... Para mí es bueno dejarme caer por aquí de vez en cuando ;)

    ResponderEliminar